¡Busquemos conversaciones profundas!
¿Sabías que tener conversaciones profundas con otras personas puede mejorar nuestro estado de ánimo? ¡Hay tantas cosas que nos conectan como seres humanos!
No es fácil tener conversaciones profundas porque nos cuesta trabajo abrir el corazón, ser honestos con lo que vivimos y sentimos. Ese es un buen principio porque la calidad de una conversación, sin duda inicia con el valor de la honestidad.
Cuando nos permitimos ser honestos, las emociones fluyen y empiezas a conectar con el otro. Solo de esta manera le permitimos a los demás conocernos verdaderamente, desde lo humano.
Lo más grandioso es que al expresarte con honestidad sobre lo que piensas y sientes, hay una mayor conexión con el otro. Y no solo eso, en automático tu interlocutor generalmente hace lo mismo.
¿Qué pasa cuando vemos llorar a una persona? En automático se activan en nuestro cerebro neurotransmisores que nos recuerdan acontecimientos que generaron emociones, esto es lo que se asocia y causa empatía con el otro.
Una conversación verdaderamente significativa es cuando estamos como quien dice, en la misma sintonía.
El egocentrismo es el enemigo de las conversaciones profundas. La persona que solo habla de sí mismo y de sus vivencias no permite esa retroalimentación tan necesaria para profundizar en una conversación. A veces ni es consciente de la situación.
Puede pasar minutos valiosos hablando y hablando de lo mismo sin percatarse de su interlocutor. Esto generalmente crea rechazo desde el principio y no permite profundizar una charla.
Realmente no hay una fórmula mágica para una conversación profunda. De repente puedes tener pocos minutos de haber conocido a alguien y ya te encuentras platicando de temas que nunca imaginaste platicar con esa persona.
Sigo creyendo que dependiendo el nivel de honestidad de las personas se crean las conversaciones significativas. Incluso podemos tener amigos con los que no habíamos platicado así.
Si eres algo tímido, lo primero que te sugiero es escuchar con atención. ¿A quién no le gusta que le presten atención cuando habla?
Así que escucha y escucha; y cuando creas prudente, pregunta algo con profundidad. Involúcrate bien en la charla y comparte desde el corazón, aunque recuerda que no todos pueden hablar con honestidad. Hay quienes hasta se pueden asustar de tu pregunta porque no es algo común en la gente.
Las conversaciones profundas son sumamente enriquecedoras. Nos hacen sentir comprendidos y más conectados con los demás. Te apuesto que después de conectar de esta manera, dejarás en la otra persona una sensación única y valiosa.
¡Qué empiece por ti!